Todo el mundo es consciente y sabedor del impacto que una primera impresión puede tener en las personas. Y que para que se genere ese impacto no hace falta demasiado tiempo. Todo lo contrario. ¿Pero hasta qué punto este impacto nos condiciona? ¿Cuánto tiempo necesitamos para poder hacernos una primera impresión de algo o de alguien? ¿Qué es lo que más influye a la hora de que saquemos conclusiones? De todo ello hablamos en el post de hoy.
Pruébalo por ti mismo
¿Serías capaz ver a una persona solo durante 0,4 segundos (el tiempo de un parpadeo) y sacar las siguientes conclusiones?
- Si se trata de una persona que te parece interesante o simpática, con la que tal vez irías a tomar algo.
- Si te parece o no una persona atractiva.
- Qué tipo de trabajo debe tener.
- Cuál debe ser su poder adquisitivo.
- De qué parte del mundo debe ser
Dale al play en este vídeo y comprueba por ti mismo como seguramente tienes claras bastantes de estas premisas, o incluso todas o casi todas.
Y es que se estima que sólo necesitamos esos 0,4 segundos para sacar una primera impresión de algo o de alguien. Somos muy buenos haciéndolo porque de hecho es algo que llevamos toda la vida haciendo y perfeccionando. Además, a nuestro cerebro también le encanta encasillar, concluir y hacer asociaciones cuando recibe un input nuevo.
En consecuencia, las personas solemos sacar conclusiones muy rápidas sobre aspectos que, en teoría, deberían tomarnos mucho más tiempo. Como por ejemplo qué personalidad, manera de actuar, de pensar o incluso qué comportamiento puede tener alguien sólo por lo que vemos en él en apenas una fracción de segundo. Y no sólo eso, también podemos llegar a tratar a las personas de una manera o de otra con base a lo que nos genera una primera impresión de ellas.
Por supuesto, todo esto puede ser sesgado, injusto o ilógico. Pero lo hacemos, sobre todo a nivel inconsciente. Aunque por suerte, la mayoría de las personas es capaz de racionalizar esa primera impresión y tenerla en la cuenta únicamente en su justa medida. O no.
Elementos que percibimos en esa primera impresión
¿Y en qué nos basamos para deducir todo lo que en una primera impresión apreciamos? Básicamente en el lenguaje no verbal y la comunicación no consciente. A continuación, te indico algunos de ellos.
El rostro
La cara de una persona es aquello que hará que recibamos y procesamos más inputs sobre cómo debe ser una persona. Más allá de aspectos relacionados, por ejemplo, con la estructura y/o belleza de una cara, serán sobre todo las lo que nos conduzcan a sacar más conclusiones o a relacionarlas con aspectos de personalidad. Algunos de ellos son:
- Mentón elevado: soberbia, desafío, altivez.
- Eje de la cabeza ladeado: personas más cercana.
- Relajación de los párpados superiores: que experimenta o transmite indiferencia.
- Expresión seria, persona seria.
- Sonrisa que parece real, persona simpática.
- Sonrisa que parece forzada, persona que puede ser de no fiar o no del todo transparente.
La manera de caminar
Otro de los aspectos que más nos condicionan, tanto para una primera impresión como para el trato que nos saldrá dispensar o no a alguien.
Una manera muy fácil de entenderlo es imaginando que entras a una cafetería o bar con solo cinco minutos para tomar un café y comer algo rápido antes de entrar a trabajar. Puede que entres apresurado y te sientes esperando a ser atendido lo más pronto posible.
Si la persona que va a atenderte se se acerca a ti con andar cansino y arrastrando los pies, es muy probable que tanto tu cara como tu forma de realizar tu pedido esté condicionado (y sólo por como esa persona se ha acercado a ti). Por el contrario, si esa persona se acerca de forma rápida y diligente, seguramente solicites tu comida de una forma más amable, y así se lo transmitirás a la persona.
Ropa y complementos
Es cierto que en los últimos años se han roto muchos estigmas en cuanto a la ropa que usamos y como nos vestimos, pero a nivel de colectivo social, seguimos estableciendo asociaciones entre cómo viste, o qué complementos lleva, alguien con aspectos relacionados con su personalidad, poder adquisitivo, procedencia, etcétera.
Controla esa primera impresión
Te recomiendo ser siempre consciente de qué generas a tu alrededor en ese primer impacto. Tener en cuenta si causas una impresión inicial positiva o no, que te pueda favorecer o no. Controla tu expresión, cuida tu ropa, sé consciente de tu manera de andar cuando, por ejemplo, te acercas a alguien a quién le vas a vender tus servicios y/o productos.
También tengo en cuenta a la inversa. Entiende y racionaliza todo aquello que percibes de los demás en ese primer contacto que pueda condicionarte, para que puedas racionalizarlo y no te dejes llevar por esas sensaciones iniciales.
Aplica esto sobre todo en escenarios donde no siempre es posible que se dé un segundo encuentro. Como por ejemplo en transacciones o trámites de breve duración. O a la hora de presentarte a alguien en un escenario de networking. Ten siempre presente que las personas harán una asociación inconsciente entre tu manera de saludar o presentarte, y es posible que lleguen a conclusiones sobre tí (veraces o no) que les haga tomar la decisión de si quieren entablar contigo una conversación o no, con todas las oportunidades que puede conllevar.
¿Quieres llevar tu lenguaje corporal al siguiente nivel? No dudes en ponerte en contacto conmigo, estaré encantado de ayudarte.
Saludos y respetos Jordi, me parece bastante útil este post sin duda.
Me hace recordar un viejo maestro que me dijo: «mira sin ver».. en aquel instante no logré ver la trascendencia de aquello, pero mucho tiene que ver con todo.
Gracias por tus post.