El cuerpo siempre comunica, ya sea de manera consciente o inconsciente, qué nos genera la persona que tenemos delante. A través de ciertas señales, puedes interpretar si estás causando un impacto positivo, o no, en tu interlocutor. Estas pistas te ayudarán a saber si estás seduciendo a esa persona. Cuando hablamos de seducción, nos referimos a todos los niveles, no solo a la atracción física, aunque este tema específico lo abordaremos en el punto cinco.
Antes de empezar, es importante considerar todos los factores que pueden influir en el lenguaje no verbal de las personas, sin que necesariamente estén relacionados contigo. Es crucial observar cómo se comporta esa persona en general, si es más o menos inquieta, si suele gesticular mucho, cuánto contacto visual hace, entre otros. Esto te permitirá descartar señales que en realidad no tienen nada que ver contigo.
También hay que tener en cuenta el entorno y las circunstancias externas. Factores como el lugar o la situación pueden impactar en el comportamiento. Por ejemplo, cuando hace frío, las personas tienden a adoptar posturas más cerradas, lo que no necesariamente implica una actitud negativa hacia ti.
Por último, no saques conclusiones basadas en un solo gesto (a menos que sea muy evidente). El lenguaje no verbal siempre debe analizarse de forma integral y en su contexto.
Con esto claro, veamos las cinco claves del lenguaje no verbal que te pueden ayudar a saber si estás seduciendo, o no, a la persona que tienes delante.
Reacciones inmediatas a lo que dices o haces
Un momento clave para analizar el lenguaje no verbal es cuando observas una reacción inmediata a algo que acabas de decir o hacer. Estas respuestas espontáneas son más auténticas, ya que el cerebro no tiene tiempo de procesar una respuesta consciente, lo que permite que las emociones se reflejen directamente en el cuerpo. Por ejemplo, si alguien tiene por costumbre cruzar los brazos, no tiene sentido interpretar esa postura habitual como una señal de cierre o incomodidad, ya que puede tratarse simplemente de una postura cómoda para esa persona. Sin embargo, si la persona cruza los brazos justo después de un comentario o acción tuya, es muy probable que esa reacción indique algún tipo de incomodidad o desagrado. Este gesto puede interpretarse como una señal de defensa, donde la persona se protege de lo que acaba de ocurrir.
Lo mismo sucede con otras reacciones rápidas: un desvío repentino de la mirada, labios que se aprietan o un fruncimiento de ceño inmediato. Estos pequeños gestos pueden ser indicativos de que algo ha generado una respuesta emocional, ya sea negativa o de desconfianza. En estos casos, es importante no tomar estas señales de forma aislada, sino analizar el contexto y el conjunto de comportamientos para obtener una lectura más precisa.
Conductas de imitación
Las neuronas espejo tienen, entre otras funciones, la de generar en nosotros una conducta de imitación inconsciente y espontánea cuando las personas generan un impacto positivo en nosotros. En otras palabras, tendemos a imitar gestos, movimientos, expresiones e incluso el tono de voz de las personas que nos gustan o nos atraen. Esta imitación no ocurre cuando la persona no genera un impacto positivo en nosotros. Si observas que la persona que tienes delante empieza a reflejar tus movimientos o posturas, es una buena señal de que estás generando una conexión.
El siguiente vídeo muestra un experimento que trata este mismo tema:
Gestión de la distancia
Conocemos como «distancia íntima» aquella que se refiere a los 50cm de espacio personal que nos rodean. Por normal general, solo dejamos que personas muy cercanas como familiares, amigos o personas por las que sentimos atracción invadan este espacio personal.
Si alguien invade este espacio sin ser parte de esos grupos, solemos reaccionar retrocediendo o creando barreras con el cuerpo, como cruzar los brazos. También nos podemos llegar a bloquear o mostrar rigidez corporal.
Presta atención a cómo reacciona la persona cuando te acercas, si se aleja o se bloquea, o si, por el contrario, reduce la distancia y se siente cómoda.
Es importante respetar el espacio personal de los demás y observar qué tipo de distancia natural propone la otra persona al interactuar contigo.
Contacto físico
El contacto físico suele generar reacciones positivas en las personas, ya que provoca la liberación de hormonas relacionadas con el bienestar. Si la persona que tienes delante se siente atraída por ti, probablemente no le importará el contacto físico o incluso lo fomentará. Observa si, de manera consciente o inconsciente, crea un ambiente que favorezca este contacto.
Por otro lado, si el contacto físico no es deseado, notarás respuestas negativas como gestos de cierre, alejamiento o rigidez corporal. Es importante evitar llegar a ese punto y asegurarse siempre de que el contacto físico sea bien recibido para evitar incomodidades.
Deseo o atracción física
Cuando hay deseo o atracción física, el lenguaje no verbal envía señales claras. Fíjate en el contacto visual y en dónde dirige su mirada. Por ejemplo, es común que las personas miren los a labios si alguien les atrae. También existe la famosa “mirada triangular”, que consiste en alternar la mirada entre los ojos y los labios de la otra persona, una técnica que puede aumentar la atracción. Además, las personas que quieren seducir suelen dirigir la atención hacia partes de su cuerpo que creen que generarán un impacto positivo, como el pecho o los brazos, utilizando las manos de manera sutil para enfatizarlas.
En el vídeo se puede observar a Marilyn Monroe hacer la mirada triangular:
En resumen, el lenguaje no verbal puede ofrecer muchas pistas sobre si estás seduciendo a la persona que tienes delante. Observa con atención las reacciones inmediatas, las conductas de imitación, cómo gestionan la distancia, el contacto físico y las señales de atracción. Eso sí, siempre utiliza el sentido común y el respeto en tus interacciones.
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